Emociones y plasticidad cerebral

Posted on enero 27, 2012

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Emociones en los peces de colores

Determinados peces de colores cambian de coloración, como describió Lorenz, según la intensidad de sus emociones. ¿Estarían preprogramados para dar determinadas respuestas, mientras los humanos tendríamos la posibilidad de variar esa respuesta emocional?

Estos peces presentan en general colores apagados pero cambian a una coloración brillante y llamativa en época de reproducción o en la lucha contra un individuo de su propia especie.

Puede calcularse la intensidad de sus emociones por la coloración que presenta en un determinado momento pues ésta nos indica en qué grado predomina el instinto de agresión, la excitación sexual o el impulso de fuga en el pez. Esta brillante coloración desaparece cuando cesa el impulso que lo provocó o cuando éste es sustituido por la emoción contraria como el miedo que provoca que el pez adopte un color apagado. Los colores, por tanto, son en estos peces un medio de expresión que solamente se emplea cuando es necesario.

Este caso me hizo recordar una explicación adicional que rescata Bartra (2006) acerca del comportamiento de una especie particular de peces de colores, y que me parece interesante pues muestra las diferentes respuestas emocionales intraindividuales en diferentes situaciones.

Plasticidad cerebral en los peces de colores

Bartra presenta este ejemplo de los peces Haplochromis burtoni como revelador de los cambios provocados por el medio ambiente social en el cerebro.

Fernand & Hirata (1977) realizaron un estudio sobre cómo el comportamiento de estos peces y su expresión a través del cambio de coloración no estaría genéticamente relacionado, y más bien dependería del entorno donde el pez se encuentra y de su estatus.

En estos peces se observan dos clases de machos: los que dominan un territorio y los que carecen de él. Los primeros se distinguen por su color brillante y defienden con violencia sus territorios. Además, se ha encontrado que los machos dominantes tienen las neuronas de la región preóptica del hipotálamo ventral mucho más grande.

Sin embargo, esta situación no es estable. En algunos experimentos se trasladó a un macho dominante a otra situación donde los dominantes eran más grandes, y al cabo de unas semanas las neuronas citadas se redujeron y el macho exhibió un comportamiento dominado. A la inversa, también se encontró que un macho dominado, trasladado a un entorno donde los machos dominantes eran más pequeños, se convirtió en dominante y sus neuronas crecieron de tamaño.

Es decir, en función de la situación y la existencia de determinadas relaciones jerárquicas, se exhibiría un determinado tipo de comportamiento y regulación emocional, relacionado con ciertos mecanismos de plasticidad neuronal pues las neuronas se reconfigurarían.

La explicación que da Bartra de la correlación entre las interacciones sociales y la plasticidad neuronal implica incluir el cortisol como la señal mediadora entre la tensión que sufren estos peces cuando cambia el contexto social, y que desencadenaría cambios en determinadas neuronas (Fernand & White, 1999).

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Bartra, R. (2006); “Antropologia Del Cerebro”, ed. PreTextos.

Fernald, Russell D., Hirata, Nancy R. (1977), «Field study of Haplochromis burtoni: Quantitative behavioural observations», Animal Behaviour, Volume 25, Part 3, August 1977, Pages 643-653.

Fernald, Russell D., White, Stephanie A. (1999), «Social control of brains: from behavior to genes». In: The Cognitive Neurosciences, 2nd Edition, Ed. MS Gazzaniga, MIT Press,Cambridge, pp 1193-1208.