1) Primera crítica: dualismo emoción – cognición
Antonio Damasio (2010) crítica la separación clásica mente-cuerpo cartesiana, y reivindica la restitución de la importancia del cuerpo en la constitución del sujeto. Para él, el “error de Descartes” fue meternos en un racionalismo intocable, que ponía los sentimientos por un lado y la razón por otro. Damasio sostiene lo contrario: que los sentimientos, lejos de perturbar, tienen una influencia positiva en las tareas de la razón: «En términos anatómicos y funcionales, es posible que exista un hilo conductor que conecte razón con sentimientos y cuerpo.»
La explicación de Damasio es filogenética: como el cuerpo aparece antes que la mente, esta emerge de él. Y así los diferentes mecanismos que han ido surgiendo se han ido superponiendo: La evolución no crea dispositivos nuevos sino que conserva algo que funcionaba y sobre ellos genera nuevos dispositivos para la adaptación al medio. Sobre la base del dispositivo evolutivo más antiguo para la toma de decisiones en los dominios personal y social, se asentaría otro más reciente. Así el dispositivo más antiguo pertenecería a la biología básica, el siguiente, al ámbito personal y social, y el más reciente a un conjunto de capacidades abstractas y simbólicas.
Esta explicación filogenética deja sin explicar cómo estos mecanismos se retroalimentan mutuamente. Así, el primer error de Damasio radica en seguir manteniendo una oposición dualista, aunque diferente de la de Descartes, entre emoción y cognición. Damasio considera que el sistema emocional y el sistema cognitivo son dos sistemas aparte, en lugar de hablar más de una codeterminación entre emoción y cognición, de cómo de retroalimentan mutuamente.
Se ha dicho que Damasio acaba cayendo en problemas análogos a los de Descartes en su planteamiento (Kirkeboen, 2001). Kirkeboen señala que Descartes nunca negó que la mente fuese física, pues de hecho afirmó que era “puramente espiritual”, y “no menos distinta del cuerpo entero que la sangre lo es del hueso”. Y que, de hecho, el dualismo de Descartes en realidad pedía una psicología incorporada.
2) Segunda crítica: epifenomenismo
Una segunda crítica a Damasio es que la mente y la consciencia no se contemplan como mucho más que un mero epifenómeno que surge de la actividad de las neuronas, como cuando afirma que “lo que estoy sugiriendo es que la mente surge de la actividad neuronal”. (Damasio, 2010).
Harnad (2001) considera que Damasio da una muy buena explicación de la anatomía funcional de los estados anímicos, muy útil a la hora de extraer modelos funcionales.
Pero para Harnad la explicación funcional de capacidades como la inteligencia o el lenguaje en términos de funciones cerebrales no explica la conciencia, esto es, los sentimientos, emociones y pensamientos que tenemos. Para Harnad, el problema duro” clásico de la conciencia, el problema cuerpo-mente, es el problema de explicar cómo y por qué sentimos y no más bien somos zombies sin sentimientos, y en su opinión Damasio no da respuesta a este “problema duro”.
Explicar cómo y por qué sentimos desde el punto de vista funcional nos lleva al epifenomenismo, donde los sentimientos que no sean funcionales resultarían solo decorativos, o al dualismo, al considerar que los sentimientos sean telequinéticos. Lo que queda sin explicar es cómo y por qué sentimos, o por qué hay sentimiento y más bien no hay no sentimiento.
Harnad critica el concepto de emoción de Damasio, y dice que en él incluye emociones que son más bien movimientos, sin ningún tipo de sentimiento. Esta confusión entre “movimientos” y emociones es lo que constituye para Harnad el error de Damasio: la parte somática es sólo movimiento, como dice Damasio, pero la parte sentida, psíquica, es para Harnad algo más. Y aunque coincide en que está correlada en un 100% con la estructura y funcionamiento del cerebro, eso no termina de explicarla. Y a su juicio el dualismo telequinético tampoco sería una explicación.
En mi opinión Harnad continúa enredado en el tradicional dualismo entre mente y materia, en resolver la pregunta sobre si emociones y sentimientos son materia o energía.
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Damasio, Antonio (2010), “El error de Descartes”, ed. Crítica, septiembre 2010.
Kirkeboen G. (2001), “Descartes’ embodied psychology: Descartes‘ error or Damasio’s error?”, J Hist Neurosci. 2001;10:173-91. 250.
Harnard, S. (2001), “No easy way out”, The Sciences 41(2) 36-42.
Posted on enero 27, 2012
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