1) Posturas del debate sobre la primacía de la emoción o la cognición
Según he venido leyendo, se trata de un debate bastante encerrado sobre sí mismo, sobre si la emoción depende o no de lo cognitivo.
a) Para los que creen en la primacía de la emoción, ésta se ve como “una amplificación de una respuesta urgente a algo” (Tomkins, 1981) o como que “las preferencias no requieren de las inferencias” o elaboraciones cognitivas (Zajonc, 1984).
b) Lazarus (1982) señala, por el contrario, que se da una primacía del elemento cognitivo, ya que es poco probable que las respuestas emotivas sean independientes de experiencias previas, que habrán tenido cierta elaboración cognitiva.
– Izard (1983) señala que debe de haber algún tipo de toma de conciencia, algún tipo de proceso cognitivo, que genere una interpretación previa (Tomkins, 1981). Izard (1984) propone un modelo de bucle, donde el sistema cognitivo procesaría la emoción, y otro sistema emotivo, que procesaría la información afectiva.
– Levy (1984) distingue entre dos niveles de conocimiento sobre la emoción: el denominado “de primer orden”, vinculado a la memoria perceptual y a lo sensioriomotor, y el de “segundo orden”, que implica nombrar, clasificar, dirigir, elementos del sistema cultural del grupo.
Es decir, que el incorporar el elemento cognitivo permite así distinguir así entre emociones y sentimientos, reservando para los segundos el que haya una toma de conciencia subjetiva y alguna habilidad de procesamiento lingüístico (Rolls ,1994).
2) El paradigma de los sistemas dinámicos en el estudio de las emociones
Posteriormente a hacer un recorrido por estos diferentes encuadres, me he interesado por lo que se comenta en (Roselló & Revert, 2008) acerca de la aproximación al estudio de la mente a partir de los sistemas dinámicos.
En este paradigma se considera que “el sistema valorativo emocional” es un sistema abierto, complejo y en equilibrio dinámico”, resaltando su capacidad de autoorganizarse. En este sentido desaparece la relación causa efecto lineal clásica, ya que continuamente se estaría produciendo un proceso autorregulativo en el que el proceso valorativo y la emoción se desencadenan y definen mutuamente, generando interdependencias.
En esta idea de que nuestro cerebro y su actividad están en constante autoconstrucción, “sin poder separarse lo orgánico de lo que sucede y de cómo se manifiesta” (Goicoechea, 2001). El cerebro no se ve como algo que se desarrolla autoorganizándose con cada nueva experiencia (Freeman, 1991).
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FREEMAN,W. J., y SKARDA, C. (1987), «How Brains make chaos in order to make sense of the world», Brain and Behavioral Science, 10, 2, pp. 161-195.
IZARD, C. E., (1983), “Emotions in Personality and Culture”, Ethos, 11:4, pp. 305-312.
IZARD, C. E., (1984), “Emotion-cognition relationships and human development”, en IZARD, C. E.; KAGAN, J., y ZAJONC, R. B. (eds.), Emotions, cognition, and behavior, Nueva York, Cambridge University Press, pp. 17-37.
LAZARUS, R. S. (1982), “Thoughts on the relations between emotion and cognition “, American Psychologist, núm. 37, pp. 1019-1024.
RAMÍREZ GOICOECHEA, E. (2001), “Antropología “compleja” de las emociones humanas”, Isegoría, No 25 (2001):177-2001.
ROLLS, E. T. (1994), “A theory of emotion and consciousness, and its application to understanding the neural basis of emotion”, en TOMKINS, S. S. (1981), “The quest for Pimary Motives: biography and autobiography of an Idea”, Journal of Personality and social Psychology, 41,2, pp. 306-329.
ROSELLÓ, J.; REVERT, X. (2008), Modelos teóricos en el estudio científico de la emoción.En F. Palmero & F. Martínez (Eds.) Motivación y emoción. (pp. 95-137). Madrid/BuenosAires/México/Nueva York: McGraw-Hill Interamericana.ISBN:84-4816-101-7
ZAJONC, R. B. (1984), “On the Primacy of Affect”, American Psychologist, 39, 2, pp. 117-123.
Posted on enero 7, 2012
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